Ella decía te quiero de buenas a primeras, a cualquier persona con la que hubiera compartido más de una conversación de cinco minutos. Derrochaba te quieros. Él en cambio, raras veces lo decía, se podía tirar días e incluso meses sin decírselo a nadie.
Cuando se conocieron ella supo que él era la clase de chico que si decía la palabra te quiero era porque lo sentía de verdad, de corazón.
-Te quiero-dijo él.
Ella se quedo callada. No sabía que decir y al rato respondió:
+Y yo.
Nada más acabar de decirlo se dio cuenta de todos los te quieros que había derrochado diciéndoselo a personas que igual no merecían la pena.Y en ese momento supo que a él le quería de verdad, de corazón. Y que con él los te quieros no los derrochaba.
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